jueves, 22 de abril de 2010

AROMA HUMNO

El hombre presenta a cada paso tan extraña mezcla de nobleza y degradación, de grandor y pequeñez, de bien y de mal, que no es fácil concebir cómo un ser de tal naturaleza haya sido obra de Dios. En efecto: mientras que con su entendimiento abarca, digámoslo así, el cielo y la tierra; mientras que adivina el curso de los astros y penetra en los más hondos arcanos de la Naturaleza, le vemos también lleno de dudas, de ignorancia, de errores; tiene un corazón noble, amante de la virtud, que se entusiasma con el solo recuerdo de una acción generosa; pero que se pega también á los objetos más viles, y sabe abrigar la crueldad, la traición y la perfidia; es capaz de concebir y de realizar agigantados proyectos.

Se acobarda y desfallece por sólo tropezar con la dificultad más liviana; suspira siempre por la felicidad, y vive abrumado de infortunio; en una palabra, por donde quiera que miremos al hombre, encontramos una extraña mezcla que asombra y confunde; Si hacemos un momento de reflexión sobre nosotros mismos, echaremos de ver que todo el curso de nuestra vida es una continuada lucha entre la verdad y el error, la virtud y el vicio, el deseo de la felicidad y el sufrimiento de la desdicha. El cumplimiento de nuestras obligaciones, por una parte, y la pereza y todas las pasiones por otra, tienen en no interrumpida tortura a nuestra alma, por manera que no parece sino que dentro de cada uno de nosotros hay dos hombres, que disputan y luchan incansables: el uno bueno, el otro malo; el uno cuerdo, el otro loco.

Es verdad que existan en el hombre contradicciones palpables, que se vean en su ser y en su conducta irregularidades monstruosas: no trata de disminuir en nada la realidad del hecho en que se funda la dificultad, dejando ver la dualidad del carácter humano y otras formas de la hipocresía social.

Es así, que una forma de manifiesto en la crueldad de la hipocresía social podemos verlo en el siguiente tema

El negocio de la limosna tiene varias caras, algunos posan de diferentes maneras y en distintos lugares como semáforos, esquinas estratégicas, destruyendo la realidad de otros, y haciendo que sus estructuras físicas junto con unos indefensos niños hagan nacer el acto de generosidad y ablandando corazones y bolsillos.

Desgraciadamente esa práctica benévola es hoy en día motivo de la peor explotación hacia los niños. Una verdadera red de personas inescrupulosas se ha conformado, alrededor de esta práctica y diariamente exponen a los menores de edad, muchas veces a sus propios hijos, a los peligros de la calle para que pidan cosas que ellos luego venden o canjean. La mayoría de veces ese niño o niña a quien creímos hacer felices con nuestro regalo, no podrá tener la oportunidad de disfrutarlo

Del otro lado podemos decir que ser mendigo es una forma de sobrevivir las personas que enfrentan una pobreza tradicional, que no cuentan con una vivienda digna y el oscuro flagelo del desempleo los azota. Por esto han descubierto que la mendicidad se ha convertido en un negocio lucrativo es así que hasta el mismo puesto puede ser negociable y pasar a tomarse por turnos, lo peor que pude Pasar es perder el sitio por que pierde el empleo, por que al levarse acabo significa que tiene que buscar un nuevo semáforo o esquina y con el aumento de la oferta de mendigos, cada vez es más difícil acceder a los mejores lugares.

1 comentario:

  1. Hola Isa, dejame felicitarte por este articulo la verdad de la profundidad del sentimiento y los pensamientos del hombre son más complejos de lo que podriamos pensar, pero con todos nuestros errores, siempre existiran las virtudes que nos cobijaran con esperanza y sueños de ser cada vez mejores, solo nos falta un poco más de conciencia sobre lo grandes y bondadosos que podemos llegar a ser, si tan solo nos lo propusieramos un poco, dejando los egoismos. UN abrazo.

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